martes, 13 de diciembre de 2016

LIBROS QUE VIENEN DEL BOSQUE Y ALGUNOS MÁS

ESTAMOS DE ESTRENO 

Al terminar el año nos gusta presentar las nuevas lecturas que hemos ido seleccionando para nuestra biblioteca. Libros que nos han parecido especiales o necesarios para nosotros y nuestro cole, que nos han llamado la atención en cursos y talleres, presentaciones, librerías… Los que vienen, como en cursos anteriores, del “Encuentro de Animadores a la Lectura” que se celebra en el bosque de Río cantos en Arenas de San Pedro, llevan en su interior los ecos de las voces que nos recomendaron su lectura. Son libros que hoy son estreno, pero que habitarán nuestras aulas y nuestra biblioteca durante años y, de alguna manera, algunos de ellos, vivirán en nosotros. 

Río Cantos 2016. Fotografía Reme Gadea Blasco.

Para leer y cantar con los más pequeños
Veo veo y Limón Antonio Rubio y Óscar Villán. Editorial Kalandraka.
Nariz, naricita, Me duermo en un zapato y ¿Jugamos a las manitas?
Mar Benegas & Cecilia Moreno, Christian Inaraja y Miguel Ordoñez. Editorial Combel.

Para leer texto e imagen; mirar y remirar
¿Quién compra un rinoceronte? Shel Silverstein. Editorial Kalandraka.
¿Quién come a quién? Aleksandra Mizielinska. Libros del zorro rojo.
El más rápido Paula Carbonell y Ester García. Editorial Lóguez.
Comino Niño Cactus y Jacobo Muñiz. Libre Albedrío.
Las aventuras de Pinocho Carlo Collodi y Roberto Innocenti.
El mulero  Øyvind Torseter.  Barbara Fiore Editora

Para leer en clase y en familia
Cuentos maravillosos y Cuentos de costumbres y de animales 
A. Rodriguez Almodovar y Pablo Alaudell. Grupo Anaya.

Para disfrutar con la poesía
A juego lento Taller de poesía Mar Benegas y Carlos Rubio. Editorial Litera.
¿Qué soñarán las camas? Mar Benegas y Ester García. Libre Albedrío.
Un mundo raro María José Ferrada y Nicolai Troshinsky. Editorial Kalandraka.
El gran espectáculo de Crispin Álvaro Alejandro. Editorial Kalandraka.

Para reflexionar y hacerse preguntas
Lo que tú quieras Ellen Duthie y Daniela Martagón.  

Para grandes lectores
Cuando el mundo era joven todavía Jürg Schubiger y Rotraut Susanne Berner. Anaya
Tania Val de lumbre María Parr. Nórdica Libros.



Para ir luego al cine
El gran gigante bonachón Roald Dahl. Loqueleo.
El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares Ransom Riggs. Noguer


Para regalar/te
Caperucita roja Gabriela Mistral y Paloma Valdivia. Diego Pun Ediciones.
Roberto Innocenti. El cuento de mi vida. Rossana Dedola. Kalandraka.
La selección natural Charles Darwin y Ester García. Nórdica Libros.



¡FELIZ LECTURA!

martes, 22 de noviembre de 2016

LA CAJA DE LAS PALABRAS


EN BUSCA DEL LENGUAJE POÉTICO


Mar Benegas y Eva Vázquez.  Lóguez 2014.


La caja de las palabras despierta nuestra curiosidad desde la cubierta ¿Qué mira con tanta atención Ari, la niña protagonista? Unas escaleras la invitan a adentrarse en un túnel oscuro del que brotan las palabras como globos de colores. La boca del túnel es el ojo de una cerradura, la misma que sirve de motivo en las guardas del principio del álbum y que se complementa con la llave que sirve de motivo en las guardas traseras. 
¿Tenéis miedo, o queréis que entremos con ella? ¿Encontrará Ari, como Mary Lennox la del Jardín Secreto, la llave que le permita desvelar el misterio?


Mar Benegas nos plantea su incógnita desde la primera página: “Mamá ¿Qué es metáfora? - Cariño, esa palabra aún te queda grande”. Eva Vázquez nos muestra en dos dobles páginas, con la palabra metáfora como eje, el entorno familiar de Ari delimitado por sus padres a los que acude en busca de respuestas. Al no encontrarlas, Ari explora el mundo que la rodea y se convierte en recolectora de palabras; su oído las recoge y después las escribe para atesorarlas, las colecciona, las contempla, experimenta, juega con ellas…


Mar Benegas y Eva Vázquez nos cuentan a dúo el crecimiento de Ari y su construcción del mundo a través de las palabras y de los significados de los que las va dotando según su experiencia.


La palabra de Mar es poderosa, ella es poeta y agitadora incansable de la lectura, la escritura y la creatividad en colegios y bibliotecas. Eva, que conoce el arte de narrar con imágenes por su trabajo en películas de dibujos animados, ha entendido muy bien lo que Mar nos quiere contar y ha entrelazado, casi diría amasado, cada palabra con unas imágenes poéticas y sugerentes, llenas de metáforas visuales. 


Aunque escritora e ilustradora no se conocían antes de construir este libro se han compenetrado a la perfección. En una entrevista en Radio 5 Eva confiesa que La caja de las palabras es un libro que a ella le hubiera gustado escribir, y eso se nota en las imágenes del álbum; cuando Mar nos dice que a Ari las palabras aún le quedaban grandes como el vestido de flores de mamá o la camisa de cuadros de su padre, Eva no puede evitar, unas páginas más allá, mostrarnos a la niña metida en los zapatos enormes de su madre, o transformar la caja en una jaula en la que las palabras-pájaros pueden entrar y salir con libertad.



Y los niños, ¿Qué dicen los niños de La caja de las palabras?

 “Me ha gustado mucho porque es de palabras y a mí me encantan las palabras” 
Enara (9 casi 10 años).

“Me ha gustado porque es muy raro que la niña se siente en una oreja para pescar palabras o que las palabras se mueran de aburrimiento” Mario (9 años).

 “Me ha gustado porque es un cuento que tiene muchas palabras y el diccionario es la llave a las palabras que no entiende” Raúl (10 años). 

“Me gusta porque es muy misterioso y a mí también me gustaría saber todas las palabras que Ari dice” Nerea (9 años).


¿Pensáis que aún les quedan grandes sus palabras e imágenes poéticas?
Poned este libro en sus manos, leedlo con ellos, contemplad sus imágenes y dejad que las palabras vuelen hasta llegar a su oído para que deseen descifrar su misterio.     

Lluvia de ideas, al comenzar la lectura en el aula,
sobre la portada de La caja de las palabras .

Escribí esta reseña hace cuatro años y desde entonces, cada vez que he llevado La caja de las palabras al aula, ha fascinado por igual a diferentes grupos de niñas y niños que han querido jugar a construir su propia caja de palabras.  Hoy, aprovechando este vídeo que nos ofrece la editorial Lóguez en el que podemos  ver y escuchar a la autora (nuestro libro se quedó en la biblioteca del cole),  hemos vuelto a proponer a las lectoras y lectores este juego: 


Después de escuchar a Mar Benegas, quien quiera jugar, elegirá algunas palabras que le intriguen, otras que le enamoren, las que le hagan soñar y  palabras que deteste. Después, escribirán, por detrás de la imagen, su significado (real o imaginario)  y decorarán la caja donde quieran guardarlas. Mañana las compartiremos en nuestra clase virtual. 


¿Jugáis con nosotros?

miércoles, 9 de noviembre de 2016

¿EN QUÉ SE PARECEN MATILDA, MAX, PIPPI O MAFALDA?

EN QUE VIVEN EN LA CASA DE LA REAL GANA...
Y EN NUESTRA BIBLIOTECA.

Lo que tú quieras Ellen Duthie y Daniela Martagón,  
Al abrir la caja de Lo que tú quieras encontramos, junto con las láminas que contienen más de 100 preguntas que nos invitan a reflexionar y a dialogar como en los títulos anteriores Mundo Cruel y Yo persona, la invitación de observar bien el póster de la Casa de la Real Gana. Y eso hicimos, sin imaginar que encontraríamos una divertida y estimulante actividad de animación lectora. Enseguida todos los ojos se centraron en una figura de pelo color zanahoria y los dedos señalaron impacientes: "Mira, es Pippi, Pippi Calzaslargas con el Sr Nelson" (Pues ese era el libro que habíamos leído en clase) pero enseguida encontraron muchos más. Los niños disfrutaron de lo lindo en una de las últimas clases antes de acabar el curso.

Así que este año, decidimos invitar a todo el cole a celebrar el día de la BibliotecaTodos los cursos, con sus tutores, celebramos la importancia que tiene para nosotros la Biblioteca como lugar de disfrute, conocimiento y encuentro. 
El grupo de 1º y 2º en nuestra Biblioteca Escolar.
Desde primero hasta sexto de primaria buscamos, en primer lugar, a estos personajes de la literatura infantil en La Casa de la Real Gana (este año, al celebrar el centenario de Roald Dahl, los primeros que aparecieron fueron Matilda y Charlie). Después recordamos el título del libro y el nombre del autor y, por último, sacamos los libros que se encontraban en los estantes de la biblioteca a nuestra Maleta de La Real Gana. Incluso, en algunas casas continuaron el juego y ayudaron a sus hijos, hijas en este caso, a participar en el concurso Wonder Ponder enviando los nombres de 10 personajes con el título del libro y el nombre del autor.


En días sucesivos fuimos descubriendo nuevos títulos de estos grandes autores de la Literatura Infantil y JuvenilCuando Hitler robó el conejo rosa, de Judith Kerr, El pato y la muerte y El oso que no estaba de Wolf Erlbruch y muchas obras más de Maurice Sendak, Arnold Lobel, John Burningham, William Steig, Astrid Lindgren, Janosch, Christine NöstlingerEric Carle, Quentin Blake, Mark Twain, Javier Sáez Castán, Stian Hole y Tomi Ungerer.

Maravillas preparadas para convertir nuestra maleta en el cofre del tesoro de la Biblioteca.

Pero tratándose de una actividad propuesta por Las autoras de Wonder Ponder, Filosofía visual para niños, no podíamos dejar de preguntar: 
¿Qué tienen en común todos estos personajes?
"Que tienen que ponerse sus propias normas",
"Que son especiales",
 contestaron los niños.

Y tú, ¿Qué piensas?
¿Seguimos jugando a dibujar más habitaciones en La Casa de la Real Gana?
¿Añadimos nuevos personajes a nuestra maleta?

Nosotros, por supuesto, hemos puesto como invitada de honor a  la perrita Jennie, que se va a buscar por el mundo lo que no encuentra en su vida donde lo tiene todo, 
en Dídola, Pídola, Pon de Maurice Sendak



(Entra en el enlace si quieres saber más sobre este autor en la voz de Ellen Duthie)


martes, 1 de noviembre de 2016

EL PATO Y LA MUERTE. ¡ASÍ ES LA VIDA!


Es el último día de clase antes del puente de Todos los Santos y, entre tanto barullo de brujas, telarañas y esqueletos, encontramos una pausa para la escucha atenta y la reflexión. El espacio para este encuentro mágico entre el libro y el lector es nuestra biblioteca escolar.

Ya conocíamos al autor, Wolf Erlbruch, porque El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza era un habitante de La Casa de la real gana actividad con la que celebramos el Día de la Biblioteca y que habíamos continuado en días posteriores buscando nuevos habitantes para nuestra casa y añadiendo otras obras de los mismos autores que encontramos en nuestra biblioteca.  La excusa perfecta para leer El pato y la muerte en esta exquisita edición del 2007 de Bárbara Fiore con la traducción del alemán de Moka Seco Reeg.

Desde la cubierta la figura del pato se nos presenta  como eje de la narración. Su figura se eleva en busca de trascendencia o espiritualidad en un fondo blanco que deja mucho espacio para la reflexión.


Pasamos unas guardas sin ilustración, los niños empiezan a sentir la tensión que genera ese vacío, y contemplan en silencio como el pato vuelve la cabeza hacia la izquierda en la página de cortesía, 
avanza hacia la derecha en la página de créditos 
y gira hacia la izquierda en la portadilla. 
No sabemos qué le ocurre.


La historia comienza con una doble página en la que aparecen los dos personajes que dan título al libro; el pato, a la izquierda, mira a su antagonista, la muerte, que ocupa el centro de la página derecha. Ahora ya sabemos cuál era el motivo de la inquietud del pato; notaba, sin saber aún bien qué, la presencia de la muerte. Y al reconocerla, esa inquietud se convierte en angustia, en ansiedad. Como en una película de terror, el misterio se transforma en miedo. Los niños se quedan fascinados con la imagen de la muerte, que parece una niña, con la misma estatura que el pato y con un tulipán negro en la mano.

El autor ha conseguido la empatía del lector que siente la angustia del pato al preguntar:



 “¿Ya vienes a buscarme?” 


El silencio se hace más denso mientras vamos pasando páginas en las que protagonista y antagonista dialogan.
Wolf Erbruch consigue, con poquísimos cambios, una gran expresividad en sus personajes. Con el pato le basta cambiar el tamaño o la forma del ojo,inflarle o desinflarle el pecho, girarle el cuello…y a la muerte, casi siempre con una media sonrisa, le cambia la postura corporal (de frente y de perfil) moviendo manos y pies. 

Y de pronto, un nuevo susto, el pato abandona la zona de seguridad, en el lado izquierdo de la página, y se sitúa en la parte inferior derecha, a modo de encabalgamiento, para crear expectación con lo que sucederá en la página siguiente.


"¿Te apetece ir al estanque? -Preguntó el pato. La muerte ya se lo había temido..." 

La muerte y el pato continúan sus diálogos filosóficos sobre lo que habrá después de la muerte, siempre uno al lado del otro, hasta que el pato le propone a la muerte subirse a un árbol. Y aquí se produce el momento de mayor tensión narrativa, con esa sensación de que el pato va a hacer algo muy peligroso y, al volver la hoja, encontramos una doble página con la única ilustración en la que el pato y la muerte están situados en la parte superior de la página derecha, con el texto a la izquierda:




El estanque se veía muy, muy abajo. Ahí estaba, tan silencioso...y solitario.
"Así que eso es lo que pasará cuando muera", 
pensó el pato.
"El estanque quedará...desierto. Sin mí"

La vida y la naturaleza seguirán su curso a pesar de que nosotros no estemos. Es la  misma idea del poema de Juan Ramón Jiménez que tanto me impresionaba siendo niña:

"...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco."

A partir de este momento el pato acepta a la muerte como compañera y el desenlace inevitable llega. Una muerte dulce y apacible.

"Le acarició para colocar un par de plumas ligeramente alborotadas, lo cogió en brazos y se lo llevó al gran río".

De nuevo un tópico literario, la vida como un río que fluye y que nos evoca los versos de Jorge Manrique:

"Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar
que es el morir"



Los niños escuchan emocionados el final de la historia:

"Se quedó mucho tiempo mirando cómo se alejaba.
Cuando le perdió de vista, la muerte se sintió incluso un poco triste.
Pero así era la vida."


lunes, 24 de octubre de 2016

EL PINOCHO QUE TE HARÁ OLVIDAR A DISNEY




Roberto Innocenti  El cuento de mi vida, Rossana Dedola. Kalandraka 2016


El primer libro que recuerdo, fue Pinocho. 

“Tenía cinco años y me lo leía mi tía de noche. Pinocho acababa colgado, ahogado, encadenado, pero me lo leía una voz amiga que me tranquilizaba y me confortaba”.  

A pesar de estas palabras, cuando su editor dejó caer la idea de hacer un Pinocho, Roberto Innocenti no lo tuvo nada claro. Le desanimó la gran cantidad de versiones que ya habían hecho otros ilustradores sobre el texto de Carlo Collodi. El que más había calado en su imaginario, a pesar de ser un librito en blanco y negro, era el de Chiostri porque era el que mejor representaba su miedo: 


"Un miedo que recordé con nostalgia cuando ilustré mi Pinocho. Me dí cuenta de que a los niños les gusta el miedo, las tinieblas, el misterio, la oscuridad, el frío..., les gusta mucho que les cuenten estas cosas, e incluso el peligro, porque tienen la expectativa de una salvación que llegará al día siguiente." 


Así que , aunque dijo que no a su editor en un primer momento, Innocenti, que es un apasionado de documentarse hasta en el más mínimo detalle para construir las escenografías en que se desenvuelven sus personajes, fue dando forma a la idea de utilizar La Toscana como excusa para hacer su Pinocho. 

Los dibujos para la primera edición en inglés, de 1987, eran mucho más oscuros y respondían a ese ambiente tenebroso que recordaba de sus temores de niño, pero, al revisarlo quince años más tarde para una nueva edición, añadió a esas ilustraciones las de otros capítulos que le permitían crear un clima más divertido, desenfadado y luminoso.



Las aventuras de Pinocho,  Carlo Collodi y Roberto Innocenti. Kalandraka 2010

El texto de Carlo Collodi, Historia de una marioneta, empezó a publicarse semanalmente en 1881 en el primer periódico italiano para niños. La historia se interrumpe varios meses más tarde, en el capítulo XVI, dejando a Pinocho colgado de una encina enorme, pero los lectores piden que continúen sus aventuras y Collodi retoma la historia con un nuevo título: Las aventuras de Pinocho.
El texto de Collodi nos presenta un personaje que comienza siendo un trozo de madera y consigue convertirse en un niño de carne y hueso. Es la historia de una transformación física y psicológica. 

Sin embargo, las imágenes de Innocenti nos presentan a Pinocho como un muñeco estático e insignificante. Busca que el lector lo vea como un personaje desvalido que se siente muy pequeño y solo en el mundo que le rodea. Su figura no expresa casi movimiento; no es el que dirige la acción, muy al contrario, él se deja llevar por los acontecimientos.  

La intención didáctica que tienen las palabras con las que Collodi termina el texto: "Qué cómico resultaba cuando era una marioneta!...¡Y qué contento estoy ahora de haberme convertido en un niño de verdad!"  entra en contradicción con la interpretación de  Innocenti que, en vez de hacer un dibujo, nos presenta una fotografía, un documento que certifica que Pinocho se ha convertido en un niño que posa, erguido y tieso, junto a su padre. Pero... la sombra que proyecta es la de la marioneta. 

También llama la atención, al ver en forma de secuencia la transformación de Pinocho, que en la única ilustración que aparece con una nariz larguísima es en la primera imagen del capitulo 3 y ya no le vuelve a crecer; Innocenti parece pensar que es suficiente con la descripción que aparece en el texto o que el lector ya conoce esa característica del muñeco mentiroso por las versiones anteriores y es innecesario insistir en ella.

Pinocho nunca aparece representado en primer plano, sino que su figura se  diluye en el entorno. Algunas  imágenes, incluso, podrían ser una  “versión Pinocho” de  Dónde está Wally?, como esta que incluyo a continuación en la que Innocenti parece subrayar con humor lo que dice el texto: “Las calles estaban llenas de gente muy ocupada que corría de un lado a otro; todos estaban trabajando, todos tenían algo que hacer. Ni buscándolo con lupa se hubiera encontrado allí a un holgazán o a un vagabundo”. Efectivamente, casi es necesario sacar una lupa para ver a Pinocho (Parece que la pista sea un largo tablón de madera que aparece en paralelo o lo que debería ser pero no está; La nariz de Pinocho).


Roberto Innocenti nos muestra a Pinocho desde todas las perspectivas posibles, desde un ángulo cenital, picado, contrapicado, nadir, normal, pero siempre de manera que parezca achicado frente al paisaje, los personajes o los acontecimientos. Por eso  también cuando aparece en un plano a dos con otro personaje, por ejemplo, con  el campesino que lo convierte en su perro guardián (que es la representación de Pinocho de mayor tamaño en todo el texto), es el campesino el que aparece en el primer plano de la ilustración.


En cuanto a la ambientación, desde la sobrecubierta, tiene más protagonismo que el propio Pinocho. El muñeco aparece representado en un paisaje nevado muy realista en el que se describen con gran detalle el paisaje, los ambientes, la arquitectura y los personajes propios de un entorno rural italiano de finales del s. XIX. Pinocho es presentado en las guardas en un primer plano de la ilustración tocándose la nariz (así el ilustrador dirige allí nuestra mirada) en un pueblo con una fisonomía semejante al anterior, pero en una época del año diferente (parece primavera por lo que ya vemos que la historia se va a desarrollar a lo largo del tiempo y va a dar importancia a las sensaciones que nos provocan las diferentes estaciones y situaciones climatológicas que describe el texto).


Pero no sólo los paisajes y los pueblos están descritos con todo detalle, sino también todos los espacios en los que transcurre la acción. 
Cuando vemos por primera vez a Pinocho como un tronco de madera, está en el taller de Maese Cereza y podemos apreciar en la imagen cómo son los materiales con que está construido (ladrillo, madera), las herramientas, el banco de trabajo, la botella forrada de mimbre, la pintura decapada a trozos del armario y hasta las virutas de serrín que esparce Maese Cereza al buscar de dónde procede la voz que ha escuchado. La ambientación es perfecta también en cuanto a las actividades que realizan los personajes que componen la escena y en el attrezzo: cómo están vestidos, la ropa colgada en las ventanas de las casas, los animales sueltos por las calles…Y para que podamos apreciar todos los detalles nos ofrece una panorámica cenital de la escena en la que Pinocho aparece casi en el centro del borde inferior de la página, pero con un tamaño diminuto.

La ilustración más larga y trabajosa. Seguramente la primera ilustración de Innocenti para el libro. 

Innocenti consigue en este álbum transmitirnos una mirada subjetiva sobre el personaje de Pinocho utilizando  unas ilustraciones muy realistas y llenas de detalles, muy bien documentadas, sobre la Toscana rural en la que transcurrió su infancia. Innocenti ve a Pinocho, y  hace verlo al lector, desde todas las perspectivas posibles, como una marioneta de principio a fin; primero a merced de sus caprichos y de lo que rodea y al final como un muñeco que hará lo que se espera de él.



En El cuento de mi vida, Rossana Dedola afirma que el Pinocho de Roberto Innocenti ha alcanzado la altura del de Walt Disney, incluso lo ha desbancado, ya que permite que se lea la auténtica historia creada por su autor. Innocenti ratifica que, como mínimo, se han sentido amenazados:
"Respecto a la película de Disney, me molesta que se hayan apropiado de Pinocho sin ni siquiera citar al autor. A propósito de esto, puedo contar que recibí una carta de los abogados de Disney en la que me requerían que no emplease el nombre de Pinocho, pues afirmaban estar en posesión del copyright. Me divertí muchísimo respondiéndoles e invitándoles a informarse mejor antes de requerir nada, y a preguntarse si aquella broma era voluntaria o involuntaria"