"¿Cómo podía estar todo
tan verde? ¿Cómo podía estar todo tan vivo si Amanda estaba muerta?"
“Veía el débil contorno
de los árboles a través de sus manos. Como Amanda ya no pensaba en él, como no
lo recordaba, como no hacía que fuera real, estaba dejando de existir. Rudger
estaba cayendo en el olvido.”
Con esta imagen tan
potente de la niña muerta y su amigo imaginario desvaneciéndose, A.F. Harrold, autor de Los imaginarios, presenta a los dos protagonistas de esta narración que
nos habla de la imaginación y de su poder para transformar lo real, sí, pero, sobre
todo, de la amistad, del amor, de la pérdida; del olvido de esa
capacidad de imaginar que tenemos de niños al hacernos adultos y también de la memoria que nos permite recordar lo que hemos perdido u olvidado. La madre de Amanda, como
Wendy en Peter Pan, llega a olvidar a Frigo, su viejo amigo imaginario, aunque percibe y celebra la imaginación y la independencia de su
hija como un don y solo puede ayudarla cuando consigue recordar.
A.F. Harrold es un escritor inglés, nacido en 1975, apasionado por escribir y recitar poesía para niños y adultos. Antes de este libro ya había publicado otras obras para el público infantil que aún no han sido traducidas al castellano. Confiesa que, cuando empezó a escribir Los Imaginarios, aparte de esa primera imagen que describe en la introducción, no tenía una idea concreta de lo que quería contar -aunque siempre le ha interesado el tema de la muerte y adora los gatos- sin embargo la historia fue tomando forma durante el proceso de escritura hasta que descubrió lo que quería cuando inventa el personaje del villano y aparece en escena el Sr. Bunting.
A.F. Harrold es un escritor inglés, nacido en 1975, apasionado por escribir y recitar poesía para niños y adultos. Antes de este libro ya había publicado otras obras para el público infantil que aún no han sido traducidas al castellano. Confiesa que, cuando empezó a escribir Los Imaginarios, aparte de esa primera imagen que describe en la introducción, no tenía una idea concreta de lo que quería contar -aunque siempre le ha interesado el tema de la muerte y adora los gatos- sin embargo la historia fue tomando forma durante el proceso de escritura hasta que descubrió lo que quería cuando inventa el personaje del villano y aparece en escena el Sr. Bunting.
Aunque siempre es una gozada hojear un ejemplar de Blackie
Books, por su encuadernación en cartoné y el tacto y el olor de sus hojas, Los imaginarios también nos atrajo desde la cubierta por la fuerza y el poder evocador de sus ilustraciones. Emily Gravett consigue, en perfecta sintonía con el autor, esa dualidad entre realidad y fantasía alternando el blanco y negro con el color. Gravett rompe los márgenes del dibujo y lo inserta en el texto, nos asusta dejándonos a oscuras con la página en negro y la repite a doble página para aumentar la tensión dramática, y hace que resuenen en nosotros otros personajes de la Literatura Infantil, como Max, en Donde viven los monstruos de Sendak, el armario de Las crónicas de Narnia, de C.S Lewis, Alicia de L. Carroll, o el imaginario de Coraline de Gaiman, estimulando nuestra imaginación y ampliando las sugerencias del texto que también nos remitía, por ejemplo, con las puertas y los callejones, al mundo de Harry Potter. Quizá no sea casualidad que Gemma Rovira también haya sido la traductora de la obra de J.K.Rowling al castellano.
La primera ilustración que irrumpe con la fuerza del color, pero con una larga sombra negra que invade la página anterior, es la del Sr Bunting. Gravett subraya así la importancia que tiene en la narración este personaje que nos aterra a pesar de su apariencia vulgar. Un Drácula, reinventado por Harrold, que se alimenta, en vez de sangre, de la imaginación que necesita para que su amiga siga existiendo.
El gato Zinzan también está representado con un ojo de cada color porque es capaz de ver lo imaginario; nos recuerda al gato de Cheshire de Alicia, porque muestra a Rudger el camino que debe seguir y por el tono filosófico de sus observaciones.
Emily Gravett consigue trasmitir la psicología de los personajes, incluso que nos invada una sensación de extrañeza al encontrar en la ilustración un giro inesperado, como cuando Rudger ve su reflejo en color con el cuerpo de una niña.
El gato Zinzan también está representado con un ojo de cada color porque es capaz de ver lo imaginario; nos recuerda al gato de Cheshire de Alicia, porque muestra a Rudger el camino que debe seguir y por el tono filosófico de sus observaciones.
Emily Gravett consigue trasmitir la psicología de los personajes, incluso que nos invada una sensación de extrañeza al encontrar en la ilustración un giro inesperado, como cuando Rudger ve su reflejo en color con el cuerpo de una niña.
Los Imaginarios, publicado por Blackie Books en 2017 para iniciar su aventura en la narrativa juvenil, ha sido el libro más emblemático
del autor y de la ilustradora, y nos ofrece una lectura ágil y amena, llena de
misterio, terror, emoción, humor y aventuras que permite, en el texto y en la
imagen, distintos niveles de lectura. El curso pasado lo disfrutamos con los alumnos
de 4º y 5º de Primaria en Club de lectura y estas son algunas de sus opiniones:
“Es un libro entretenido
que trata sobre una niña y las aventuras que tiene con su amigo imaginario. A mí
me gustó bastante porque es muy interesante y creativo y me hacía imaginar
muchas cosas”
“El libro de Los Imaginarios
me gusta mucho porque tiene mucha fantasía y enseña que cuando pierdes un amigo
luchas para poder recuperarlo. Al principio fue muy divertido pero después a
Amanda la atropellan y Rudger era olvidado porque ella estaba inconsciente. Al
final Amanda y Rudger consiguen escapar de todos los peligros.”
“Me gusta porque hay
personajes imaginarios y es un libro muy entretenido que no se hace pesado. Me
gustan mucho los personajes, sobre todo Amanda y su amigo imaginario.”
“Es el peor libro que me
he leído en la vida porque me parece absurdo y todos están locos. No me gustó nada.”
“Me ha parecido un poco
extraño por todo lo que pasa, pero me gusta porque es bastante chulo,
entretenido y divertido”.
“Me gustan mucho sus
ilustraciones. Son muy bonitas y originales. Aunque pocas de ellas tienen color
te hacen imaginar la historia en colores”.
Para conocer mejor a A.F.Harrold puedes leer esta entrevista en la que, entre otras cosas, nos cuenta cómo fue el proceso creativo de Los Imaginarios.
Emily Gravett tardó en decidirse a seguir su vocación y estudiar arte pero dos años después de graduarse ya tenía la prestigiosa medalla Kate Greenaway que conceden los libreros ingleses. Puedes verla dibujando en este vídeo.
Termino esta reseña
con las palabras de la cubierta trasera
resonando, ahora que he visto a Rudger
en un cuerpo de niña y las dudas y contradicciones que eso le produce, con
más fuerza. ¿Se trata de un guiño a la
escena final de la inmensa película de Billy Wilder “Con Faldas y a lo Loco” (Some
Like it Hot, 1959)? A mí me lo parece.
Leí este libro en clase con mis compañeros y me encantó. Hace recordar y imaginar cosas. Es muy divertido y está muy bien escrito. Me gusta mucho.
ResponderEliminara mi me a parecido interesante porque no te esperas que va a pasar
ResponderEliminarMe ha gustado mucho , porque es de misterio y cuando estaban con la niñera jugando al escondite se fue la luz y toco alguien a la puerta y estaba la niñera , Amanda y Rugger .
ResponderEliminarHola, mi nombre es Javier Arias.
ResponderEliminar"Los imaginarios" es un libro que me esta gustando mucho.Es entretenido y divertido
Los nombres de los personajes son curiosos.
Me gusta leerlo en clase y ahora en casa.
me ha gustado mucho , porque es de misterio y la niñera , Amanda y Rugger estaban jugando al escondite y se apago la luz alguien toco a la puerta .
ResponderEliminarme parece un libro muy misterioso y divertido me esta gustando mucho
ResponderEliminarME ESTA GUSTANDO MUCHO PORQUE ES MUY DIVERTIDO
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, es muy interesante porque nunca sabes que ba a pasar.
ResponderEliminarMe ha gustado porque es de misterio
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