martes, 8 de marzo de 2022

DOS OSITOS

 Por Ylla

Un álbum que te abraza al mundo animal despertando amor y ternura hacia estos pequeños osos captados por la mirada excepcional de una pionera en fotografiar animales y en publicar fotolibros destinados a la infancia. Camilla Koffler, Ylla como artista, poseía una mirada limpia y profunda que buscaba comprender, como cuenta en el prólogo de su libro Animales (1950):

“Desearía que un hada agitara una varita y me transportara, durante un mes, al mundo animal… Pensaría en sus pensamientos, sentiría sus sentimientos, pelearía sus batallas y entendería su lenguaje. Viviría sus alegrías y sus miedos y sus satisfacciones… Si esta experiencia fuera posible para mí, creo que entonces estaría en posesión de los principios de una comprensión real de la vida”.    

Si en algún momento pensé que la empatía que sentía al mirar estas imágenes podía ser, en parte, fruto de la nostalgia que me provoca, como adulta, la belleza de la fotografía en blanco y negro, salí de dudas en cuanto vi cómo recibían  a estos hermanos en el aula de Infantil.

Niñas y niños escuchaban y miraban las imágenes fascinados; querían tocar a los protagonistas- sus ojos, su boca, su pelaje-de esta historia que comienza así:

“Dos ositos, hermano y hermana, se asomaron al mundo.

Habían nacido durante el invierno, bajo la nieve que cubría su cálida cueva. Ahora querían salir para sentir el calor del sol, correr sobre la hierba y oler las flores. Aquel día, la mamá osa decidió ir a buscar miel al bosque. Y les advirtió antes de marchar:


–Esperadme aquí. “Volveré pronto, no os alejéis de casa, que podéis perderos…”





Pero en cuanto mamá osa salió de casa los ositos olvidaron su advertencia y salieron a jugar por el campo, a explorar y descubrir, hasta alejarse y perderse  en el bosque.

Su aventura de regreso a casa se convierte en un cuento encadenado, en el que preguntan a un animal tras otro si ha visto a su mamá: la ternera les sugiere preguntar al caballo, este al pollito y el mapache a la corneja que será la que consiga el desenlace feliz.
 
La expresividad de los cachorros en su entorno y en la interacción con los demás animales, su profunda humanidad, tiene un efecto casi hipnótico en los niños que también desean, como Ylla, vivir las alegrías y los miedos de sus nuevos amigos. 

Kalandraka editora nos ofrece un doble regalo al publicar este álbum por primera vez en España, la belleza de sus imágenes (junto con las emociones que despierta en el lector) y la ocasión de descubrir la vida apasionante de esta mujer y el resto de su obra.

 

Dos ositos, el único libro que Ylla firma como autora de texto e imagen, fue publicado en 1954, un año antes de su muerte a los 44 años tras caer del jeep desde el que fotografiaba una carrera de carros tirados por bueyes en la India. En ese momento, aunque no le había sido fácil, estaba en la cima de su carrera y se la considerada la mejor fotógrafa de animales del mundo.

Nacida en 1911 en Viena de madre croata y padre rumano, ambos de nacionalidad húngara, su vida parece sacada de una novela, de hecho, el famoso director Howard Hawks se inspiró en ella para uno de los personajes principales en su película Hatari.
 
Durante la Primera Guerra Mundial viajó a pie con su madre entre Hungría, Rumania y Yugoslavia, con las joyas familiares cosidas en el cuello de piel de su madre y el dinero escondido en sus zapatos. 

Estudió escultura en la Academia de Bellas Artes de Belgrado y con 20 años, viajó a París para terminar sus estudios. Para mantenerse, trabajaba como asistente y retocador fotográfico con Ergy Landau, fotógrafa húngaro-francesa vinculada a movimientos de vanguardia y feministas, que, impresionada por las fotografías de animales de granja que Ylla había tomado durante sus vacaciones en Normandía, la introduce en el medio artístico de Montparnasse.
Ylla terminará renunciando a la escultura por la fotografía y, tras exponer con éxito en una galería, se atreve a abrir el primer estudio en París especializado en retratos de mascotas.

Sus fotografías empiezan a tener una proyección internacional; en 1936 participa en la Exposition internationale de la Photographie contemporaine en el Musée du Louvre, la primera exposición de fotografía que tuvo lugar en un museo estatal, y en 1937 en el Museo de Arte Moderno (MOMA) de Nueva York.  Al mismo tiempo, sus fotografías se empezaron a publicar en anuncios y revistas. Tras dos pequeñas colecciones de fotografías de perros y gatos, en 1938 saldrá su primer libro importante, Petits et Grands (publicado como Big and Little en Inglaterra y Estados Unidos) y Animal Language junto al eminente biólogo Julian Huxley (hermano del escritor Aldous Huxley).

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación de París, Ylla vio interrumpida su carrera, pero en 1941 el MOMA le consigue un visado para emigrar a EEUU y abre enseguida un estudio en Nueva York

Entre 1944 y 1954 produjo diez libros, entre los que destacan varios diseñados para niños como Le Petit Lion (1947) con texto de Jacques Prévert -lanzado al mismo tiempo en EEUU como The Sleepy little Lion  con una selección más grande de fotografías dispuestas en un orden diferente, escrito por Margaret Wise Brown- y libros de ciencia como Animals (1950), de nuevo con texto de Julian Huxley, y, en la edición francesa, Des Bêtes, acompañado por un poema de Jacques Prévert.

Después de fotografiar animales domésticos y de zoológico, en 1952 viajó por África durante tres meses donde pudo, por fin, captar animales salvajes en su hábitat natural para su libro Animals in Africa. Una experiencia emocionante que le lleva en 1954-1955 a la India donde toma las fotografías que dieron lugar a dos libros, Animals in India y The Little Elephant.

 

El interés que el público mostró por su obra hizo que aún se publicaran siete libros más después de su muerte el 30 de marzo de 1955 e incluso su vida fuera plasmada en cómic.



Hoy, como si el tiempo no hubiera pasado, Dos ositos sigue despertando la misma admiración y cariño. Desde la llegada al cole, como regalo de las Reinas Magas de este año, este álbum editado por Kalandraka no ha dejado de viajar de casa en casa y de mano en mano. Su formato es perfecto para una lectura compartida capaz de generar vínculos entrañables entre el mediador y las niñas y niños y entre estos y otros seres vivos. Seguro que será uno de los más recomendados y queridos.


*El primer retrato de Camilla Koffler que acompaña estas líneas fue tomado para promocionar Dos ositos, el segundo es obra de Ergy Landau. Podéis ver más fotografías aquí, aquí, aquí, y en el blog de su ahijado Pryor Dodge.

 

 

 


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