martes, 19 de noviembre de 2024

¡A PALABRAR!

 


Para que no se nos olvide ser felices


Hace nueve años, en 2015, nacía este blog con una reseña sobre Con el ojo de la i, escrito por Mar Benegas e ilustrado por Olga Capdevilla, publicado por A buen paso. Texto, ilustración y edición, en perfecta sintonía, convertían estos “Poemas para ir en tren”, en un juego de mesa al proponernos un viaje divertido y placentero con las palabras: lenguajes secretos, en clave, en el lenguaje inventado por Cortazar, trinos, trabalenguas y otros juegos de palabras. Con el ojo de la i nos llevaba a vivir la poesía como ritmo, como música; la poesía como juego. Un juego que se verá ampliado -nos lo cuenta Mar Benegas como primicia- con un carácter mucho más oulipiano en la próxima publicación de A buen paso, Con las botas de la a, ilustrado de nuevo por Capdevilla.

Al año siguiente, recibíamos como regalo de las Reinas Magas A juego lento. Taller de poesía de Mar Benegas y Carlos Rubio, editado por Litera. Un autentico regalo, sí, porque ha sido guía y referencia en cada propuesta de escritura poética que desarrollamos en el aula y en la biblioteca. 

Y el año pasado, Mar construía el libro-objeto Monstruos de cocina junto a Ana G.Lartitegui, editado por Combel, que permite crear infinidad de monstruos imaginarios combinando las solapas del libro.


Mar Benegas, desde esa perspectiva de juego, nos acerca a la poesía desde el libro de ficción y el libro de conocimiento. 

Ahora, da un paso más y nos ofrece ¡A palabrar!, un artefacto poético que surge al mezclar los conceptos de los libros anteriores: juego de mesa, taller de poesía y juego de posibilidades. Leemos en su portada:

“¿Es un libro? ¿Es un juego de mesa? ¿Es un taller creativo? ¿Es un karaoke poético? ¿Es una fábrica de ripios? ¿o de risas? “ 

Y es que el formato de ¡A palabrar! es el de una baraja tradicional con 40 cartas, cuatro palos con los naipes numerados del 1 al 7 más tres figuras (Trota, caballa y ¡Hey!), con unas normas de juego (que podremos seguir al pie de la letra, o no), recomendada para jugar entre 2 y 8 jugadores a partir de 12 años.

Lo que hace tan especial esta baraja es que cada palo -ojos, alas, orejas, bocas-nos permite jugar desde cada uno de los cuatro ejes fundamentales de todo lo poético: Observar, soñar, escuchar y decir.

Desde los ojos (abiertos o cerrados), jugamos al veo-veo, escribimos greguerías, metáforas, descripciones poéticas, haikus…, miramos con “ojos de poeta que transforman el mundo”.

Desde las alas, jugamos con lo onírico, lo surrealista, el absurdo…, desde el oído afinamos la escucha del ritmo y la melodía de las palabras para jugarlas y desde la boca, buscamos la voz de la poesía, y encontramos, en muchas ocasiones, también la risa.

Si tuviera que destacar una característica de lo que he observado en los talleres en los que hemos jugado con ¡A palabrar! sería que las personas participantes, jóvenes o adultas, ríen, cantan y vuelven a mirar con los ojos de la infancia. Ya lo decía Mar en el comentario al último poema de su antología 44 poemas para leer con niños:

“Celebrar la risa, celebrar la belleza, celebrar la vida, celebrar cada día como si fuera un regalo. La poesía también sirve para que no se nos olvide ser felices.”

Celebramos con esta reseña el noveno cumpleaños de este blog y el comienzo de una nueva editorial, Palabratorio, que nace -de la mano de Mar Benegas, Jesús Ge y yo misma, Belén López Villar- con la intención de publicar y difundir productos relacionados con la lectura y la escritura LIJ que propicien un uso creativo, imaginativo y lúdico del lenguaje y lo literario. Partimos de un contacto, conocimiento y respeto profundos de la infancia y las personas que interactúan con ella como mediadoras.

¡A Palabrar! es nuestra primera publicación. 

¿Quieres tu baraja? Consíguela en la web. Únete a Palabratorio.

Esperamos que os proporcione muchos momentos de feliz aprendizaje.



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