jueves, 5 de marzo de 2020

LA CHICA PÁJARO



“Las alas de December son azules. Las usará para volar y buscar un hogar. El hogar de December será un sitio donde haya estaciones, donde nieve en invierno, donde, en primavera, las flores sean de colores tan intensos que brillan en la oscuridad y las piletas para pájaros siempre estén llenas de agua de lluvia”

December lleva su biografía a todas partes. La chica pájaro: una historia extraordinaria es un libro con cubierta de piel morada que puede abrir por cualquier página para recordar quién es y de dónde vieneUn libro que nadie ha leído nunca porque podrían utilizarlo contra ella para internarla en algún sitio y ya no podría volar (“A veces no decir toda la verdad es lo más sensato”). Tampoco se separa de su Guía completa de aves: volumen I, aunque este no le importa compartirlo Se lo regaló su madre antes de abandonarla y conoce cada línea de memoria. December es una experta en aves, en sus costumbres, sus reacciones y su vuelo y utiliza ese conocimiento como guía para relacionarse con las personas de su entorno. Su vida en anteriores casas no ha sido fácil y Adrian, su trabajador social, espera que su nueva madre de acogida, Eleanor, pueda ayudarle como hace con las aves que llegan a su centro de recuperación para animales heridos. 

La chica pájaro, recién publicada por Blackie Books, es la primera obra de Sandy Stark-McGinnis para público juvenil; un público al que conoce bien debido a su trabajo como docente desde hace más de quince años. En sus estudios universitarios se especializó en cine y de esas historias narradas en la pantalla nació su deseo de leer y escribir otras historias, no con imágenes sino con palabras. Al principio, hacía fotografías de objetos cotidianos -que a los demás les pasaban desapercibidos- y se inspiraba en ellas para escribir sus poemas. Pero al leerlos, sentía que podía desarrollar algunas voces con mayor profundidad y decidió estudiar escritura creativa en la Universidad de San Francisco donde obtuvo su Máster. 

Sandy Stark-McGinnis cuenta que el germen de La chica pájaro fue un artículo del periódico sobre un terrible suceso en el que una madre había agredido a su hija pequeña bajo los efectos de la metanfetamina.  

“Después de leer el artículo, me preguntaba cómo sería capaz la niña de sobrevivir, emocional y físicamente. ¿Cómo iba a aguantar y encontrar un lugar para sanar?” 

Stark-McGinnis utiliza con maestría la metáfora del vuelo para responder a estas cuestiones y narra, en primera persona, la evolución vital de December, una niña de once años que, tras su traumática experiencia, construye una sólida fantasía en la que encuentra la fuerza necesaria para superar el dolor, la soledad, el miedo y el abandono y conseguir hacer realidad sus deseos. Este difícil equilibrio entre la vida real y su fantasía -el hecho de que la protagonista sea tan consciente de ello- ha sido uno de los ingredientes que más me ha atraído de esta novela.
También la delicadeza y la constancia con que los personajes secundarios, Eleanor y Cheryllynn -la chica transgénero que le brinda su amistad desde el primer día en el colegio- saben ganarse la confianza de December.

Aunque aún no ha habido tiempo para testarla en el aula, sí que he imaginado la emoción y el asombro con que habría leído La chica pájaro con once o doce años. Espero que muy pronto consigamos un lote de nuestra imprescindible Red de Bibliotecas Públicas para compartir, conversar y disfrutar con niñas y niños esta lectura.


Hace tan solo unos días, cerraba esta reseña con las palabras de Amelia Earhart, mujer pionera a la que también se rinde homenaje en estas páginas:

"Nunca interrumpas a alguien que está haciendo algo que dijiste que era imposible hacer"

Poco imaginaba cómo iba a cambiar todo por la amenaza del coronavirus. Las clases presenciales se han suspendido y debemos quedarnos en casa y aprender nuevas rutinas. Yo he aprovechado para leer y conversar, como hicimos este verano con Biografía de un cuerpo, con mi hija. Os dejo con ella, a ver qué os dice.

Hola, Simón al habla, vuelvo una vez más para compartir mi punto de vista sobre una lectura con mi madre y por ende con todos vosotros.

La Chica Pájaro me ha parecido un libro maravilloso, recomendable para una gran variedad de lectores ya que, a pesar de pertenecer a la literatura infantil, yo con mis 18 años lo he disfrutado al máximo. Esto puede deberse a la hondura de la historia, que, a pesar de no contar con extensas ni muy complicadas descripciones, adquiere una gran profundidad con respecto a lo que cuenta.

En muy poco tiempo conecté con December, que me resultó un personaje cautivador. Disfruté mucho al ver como clasificaba las cosas que le gustaban o no en una escala de colores (siendo el naranja la peor puntuación y el azul la mejor) y también, como ha dicho mi madre, con su forma de relacionar distintos animales con las personas que la rodeaban, sacándome en más de una ocasión una gran sonrisa.

Sin embargo, y a pesar de que ver con cuánta madurez y perseverancia Cheryllynn defendía su identidad ante las otras niñas me llenó el corazón de orgullo, creo que la autora la sobreintelectualizó, dibujando un personaje mucho más maduro de lo que podría ser una niña de once años.

Por otra parte, aunque el final me encanta, la escena donde se enfrentan a las “niñas buitre” me pareció irreal; ojalá la vida fuese tan sencilla y ese tipo de persona se arrepintiera, así como así, de sus actos.

Para finalizar, como curiosidad, mi madre pensó que el que la madre de December nombrara a su hija como el mes en que nació, podía ser una muestra de su desinterés por la niña. Sin embargo, me di cuenta de que en la dedicatoria la autora menciona que su hija se llama Summer (verano), lo que me lleva a contradecir a mi madre y atribuirlo meramente a una diferencia de gusto con los nombres.

En conclusión, yo recomendaría este libro para todas las edades ya que cuenta una hermosa y profunda historia. 

¡Cuidaos y leed mucho!

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