viernes, 24 de octubre de 2025

DESVENTURAS DE UN CERDO COLOSAL EN LA BIBLIOTECA NACIONAL

 


(Con instrucciones para lavar cuidar los libros)

Qué mejor título para celebrar el día de la biblioteca -este año con el lema "Contra la desinformación: bibliotecas"- que las hilarantes aventuras y desventuras de este gorrino cabezahueca, dulce y obediente, escritas en verso por María Azcona, con las delicadas, dinámicas y traviesas ilustraciones de Anna Font en la cuidadísima edición de Takatuka. 

¿Encontrarás aquí la clave para ordenar tu biblioteca?


La historia, dividida en nueve capítulos, comienza con ecos quevedianos describiendo la tormenta que obliga al protagonista a buscar refugio en una biblioteca.

        Érase un día azotado por el viento,

érase un día de clima turbulento,

érase un día tan frío que pelaba,

que llovía, nevaba, granizaba.

 

(…)


Allí la encargada, una tal doña Socorro,

lo recibió con guantes, abrigo y gorro.

-Me voy-dijo-, que tengo jaqueca.

¿Cuidarás hasta las cinco de la biblioteca?


Así quedó el cochino de encargado, tan tranquilo en compañía de una araña, hasta que llegó una banda de cretinos que venía de una cata de vinosEn un visto y no visto se esfumó la paz y el ruido se convirtió en tormento desoyendo el ¡¡Chitón!! que soltó el cerdo.

                                                  En vez de callar, los visitantes

                        asaltaron, rabiosos, los estantes,

                        y perpetraron actos tan violentos

                        como en el capítulo dos os cuento.


Asnos, babosas, cabras… hasta llegar a una xenopus africana, un yacaré y un zorro, en riguroso orden alfabético, aparecen reflejados junto a los daños que causaron en los cuentos clásicos. 

La autora interpela al lector para que imagine (con un tufo escatológico que subraya el tono humorístico y gamberro de los versos) en qué estado quedaron los libros.

¿Pondrá nuestro marrano solución al estropicio antes de que vuelva la tal doña Socorro “que parece amable y buena gente, pero tiene un carácter superfuerte”? ¿O, como cerdo cobarde, pondrá pies en polvorosa en vez de dar la cara? ¿Qué fue de los descerebrados culpables del destrozo? ¿Recordáis que era un día azotado por el viento, un día de clima turbulento, un día tan frío que pelaba, que llovía, nevaba, granizaba? Solo os diré que en el capítulo ocho, doña Socorro, con gorro y sin jaqueca, reaparece dispuesta a liarse a mamporros.

La historia termina con cinco breves consejos para cuidar los libros. El último de ellos da pie al clásico ¿Quieres que te lo cuente otra vez? convirtiéndolo en un cuento circular.


No dejéis los libros al alcance de bichos cretinos

que vengan beodos de una cata de vinos.

si queréis saber por qué, leed este cuento otra vez.

 

 

¡Feliz día de la Biblioteca!


Puedes descargar aquí el cartel conmemorativo del Día Internacional de la Biblioteca y aquí el de la Biblioteca Escolar.




martes, 30 de septiembre de 2025

POR UN SEGUNDO


Hoy quiero recomendaros una buena lectura para comenzar el curso, perfecta para compartir y conversar sobre ella en un club de lectura en el aula o la biblioteca y estupenda también para disfrutar en una lectura más íntima, individual o en familia. Ya conocíamos a su autora por la serie Alfred y Ágata, Familia a la fuga y, desde hace un par de años, disfrutamos con las aventuras de su Pepa Guindilla.

Por un segundo de Ana Campoy, premio Ala Delta 2025, de la editorial Edelvives con ilustraciones de Beatriz Castro, es un libro de narrativa con una prosa que fluye con naturalidad, interpela al lector, lo sumerge en varias tramas bien construidas, presenta personajes que evolucionan a lo largo de la historia, permite           diversas capas de lectura y hace referencia y dialoga con un clásico de la LIJ convirtiéndose en puente que nos lleve a querer conocer y/o profundizar en su obra.

Y es que hay libros que aparecen por arte de magia en respuesta a la pregunta que te planteas en ese momento.

Mientras preparaba un monográfico sobre Michael Ende desde la perspectiva de la vigencia de su obra en la actualidad, de la crítica a la sociedad mecanizada y de consumo que lleva implícita y de su potencia como puente entre generaciones de lectores, descubrí Por un segundo que comienza precisamente con el epílogo con que Ende pone fin a Momo, la obra que reúne muchas inquietudes del autor y que tanto me impactó en la adolescencia:

“Le he contado todo esto-dijo-, como si ya hubiera ocurrido. También como si fuera a ocurrir en el futuro. Para mí no hay demasiada diferencia”.

Ana Campoy nos recuerda que lo que nos contaba Michael Ende hace cinco décadas en Momo bien pudo ser una visión de lo que ocurriría en el futuro; de lo que ocurre ahora, en nuestros días. En la pequeña entrevista que nos ofreció con generosa amabilidad para el monográfico, nos hablaba de la vigencia de Momo en referencia a que nos secuestren el tiempo y la gente pierda la alegría y la ilusión por lo que hace, pero también resaltaba los momentos de esperanza y de enseñanza vital de la novela. Nos confesaba que escribió Por un segundo porque quería hablar de la gente que queda en segundo lugar, que hace cosas estupendas, pero, al no llegar los primeros, podría parecer que no han servido de nada.

“Quise hacer una reflexión sobre la competitividad y, ya metida en faena y acordándome de Momo, me di cuenta de que este libro iba a ser heredero de todo lo que Michael Ende quería contar.

Por un segundo también habla de la competitividad social que está muy relacionada con la personal, en este mundo individualista en el que nos pretenden meter para que vayamos todos a codazos. (…) El único modo que tenemos hoy en día para hacer frente a todo eso que nos acecha es uniéndonos.”

Por un segundo está construida desde un narrador en primera persona, Segundo Izquierdo, un chico de once años que sueña con ser astronauta y que encuentra en su caja de cereales las bases del concurso por el que -tras superar varias pruebas- saldrán elegidos el niño y la niña que asistirán al Campamento Zanganitos de Formación Aeronáutica Infantil patrocinado por la marca.

“Voy a contarte una historia que habla de segundos. Por lo normal, cuando mencionas los segundos, la gente piensa en los pedazos de tiempo que componen los minutos. Esos momentos breves que forman parte de algo más grande. Pero yo quiero hablar de otros segundos: los que vienen después de los primeros. Es decir, los que quedan en segundo lugar.”

Porque Segundo quiere ser astronauta, sí, pero también quiere ser el primero en algo y por eso pide ayuda a Bianca, súper campeona en matemáticas, para preparar las pruebas teóricas del concurso y a Chiqui como entrenador para la prueba física. Enseguida aparece otro misterioso colaborador que deja acertijos en su puerta y que cuida una tortuga, Júpiter, en claro homenaje a Casiopea, la tortuga de Momo.

“No podía ser un error. El boli había dibujado unas letras sobre el caparazón de la tortuga. El autor del mensaje oculto tenía muy claras sus intenciones y sabía el efecto que causaría en mí.

Sobre la concha la palabra “VEN” dejaba muy claro su mensaje. Y yo, al descubrirlo, sentí que volvía a emocionarme.”

Segundo se esfuerza muchísimo en clase y saca muy buenas notas pero su compañero Max, además de encantador y simpático, siempre es el mejor.

“Es imposible que Max caiga mal a alguien, ni siquiera a mí. Por eso que sea tan brillante es un verdadero drama en mi vida, porque soy incapaz de odiar tanta perfección.”

Así que os podéis imaginar cómo se siente cuando descubre que Max, el Máximo, también se ha presentado al concurso.

Segundo vive en una calle comercial, en un piso sobre el local del negocio familiar, Trofeos Izquierdo, en el que trabajan su madre y su abuelo. Es un barrio tranquilo en el que los pequeños comerciantes se han unido en una asociación (Asociación de Comercios Poco Habituales) porque cada vez quedan menos tiendas de las de siempre y en el que nunca ocurre nada extraordinario hasta que un día empiezan a reformar un antiguo local para abrir una nueva tienda de tazas, una franquicia que emprende una campaña para conseguir que los demás negocios cierren y les vendan el local. Hasta el abuelo de Segundo recibe la visita de uno de sus agresivos comerciales a imagen de esos hombres grises que robaban el tiempo a los humanos en Momo:

“El recién llegado era un desconocido, un tipo vestido de gris que yo no había visto en mi vida. (…)

-Piense en lo que ha hecho en toda su vida. TRABAJAR. Sí. Sé cómo se siente. Malgastando su vida entre estas cuatro paredes. Atado al negocio. Pero ¡sabe? No tiene por qué ser así. ¿No quiere un coche impresionante? ¡O, mejor! ¡Una caravana! O, tal vez, ¿un chaletazo? ¿Y comprarle una buena consola a su nieto? Es momento de retirarse y dejar paso al mundo moderno. (…)

-Fuera, fuera-ladró el abuelo desde el escaparate-. ¡Sois solo tazas vacías! ¡No hay nada dentro!”

Los conflictos y deseos planteados en la novela -los colectivos y los individuales, a los que se refería Ana en la entrevista- llevan a sus protagonistas a “mirar fuera de la caja” para encontrar soluciones. Se hace necesario cambiar de perspectiva, ponerse en el lugar del otro, unir fuerzas y seguir adelante, paso a paso, como auténticas tortugas.


                                                        ¡Feliz lectura!



martes, 10 de junio de 2025

BAJO EL ASFALTO, LA FLOR


“Las palabras no son exactas, guardan significados ocultos para cada uno de nosotros, guardan una vida interior, un mundo. Un bosque. Y ese es el misterio que nos golpea y nos hiere: la palabra que incendia.”

 

Han pasado ya seis años desde que conocimos en persona a la escritora Mónica Rodríguez y escuchamos su conferencia "En lo más oscuro del bosque" en el XV Encuentro de Animadores a la lectura de Arenas de San Pedro. También desde que iniciamos un diálogo madre-hija sobre Biografía de un Cuerpo compartiendo opiniones y reflexiones que dieron lugar a una de las entradas más visitadas de este blog.

Desde entonces, la obra de Mónica ha crecido en cantidad, con más de 80 títulos publicados, en variedad (cómic, novela ilustrada, álbum ilustrado, poesía y teatro) y en reconocimientos, entre los que destacan en 2024 -después de la concesión del premio Cervantes Chico 2018 por el conjunto de su obra- el Premio Nacional de LIJ por Umiko y premio Fundación Cuatro Gatos por La niña de los pájaros.

Su última publicación es un álbum ilustrado. Bajo el asfalto, la flor, resulta tan evocador y sugerente desde el mismo título,  que no puedo evitar ir a su encuentro. El libro elige al lector. 

La fuerza de la ilustración de la cubierta, con ese cromatismo de verdes, azules y amarillos dirige la mirada al centro de una flor que fija en la nuestra su mirada. Y ese niño… qué tristeza rezuma su figura en un cuerpo sin apenas líneas de contorno, del que no vemos las manos, solo pies descalzos y una cara. Una cara que mira con asombro hacia lo alto, de espaldas a la flor.

Mónica Rodríguez ha contado en varias ocasiones que la idea de Bajo el asfalto, la flor surgió cuando Rocío Araya y ella planeaban hacer un libro juntas y Rocío le habló de una canción de Georges Moustaki “Il y avait un jardin” que el músico dedicaba a “los niños que nacen y viven entre el hierro y el alquitrán, el hormigón y el asfalto y que, tal vez, no sabrán jamás que la tierra fue un jardín”.

León, el protagonista del texto de Mónica sí lo sabe y puede escuchar las voces de los árboles y de la flor, su confidente, a la que llamará Camila, como el amor que ha tenido que dejar atrás. Llegó en la carreta con su familia de vendedores ambulantes y montaron su tienda en el lugar donde ahora hay una calle de cemento, cuando aún no había ciudad, solo árboles, solo el río:

“El viento sin nombre sacudía los prados y el árbol que estaba donde la farola agitaba sus ramas. Todos los árboles hablaban. Nosotros, aquí, en la ciudad, no podemos oírlos, pero León sí que los oía. Y también veía las estrellas porque no había luces de farolas ni ventanas encendidas. León se echaba en los prados, junto a la flor dormida, y miraba las estrellas y escuchaba a los árboles. Entonces pensaba en Camila.”

Mónica Rodríguez y Rocío Araya (en la imagen con otro título ilustrado por ella en la editorial A fin de cuentos)

En Bajo el asfalto, la flor -editado por A fin de cuentos- el texto de Mónica Rodríguez, poético, sugerente y evocador, como ya he dicho, completa su nostálgica belleza con las potentes ilustraciones de Rocío Araya; sus cromatismos, sus texturas, sus contornos con manchas de color.

En las guardas delanteras encontramos un paisaje gris, desolado, todo de hormigón y en las traseras, en las grietas del asfalto ha crecido una inmensa flor. Bajo el asfalto, la flor parece prometer que hay esperanza en la tristeza.

“Bajo el asfalto, hubo una vez una flor. Y junto a la flor, un valle. Allí, donde está la farola de hierro había un árbol grande como un bosque, y había también un bosque y un viento que venía del sur y que no tenía nombre.”


En la primera doble página, el texto describe lo que había en ese paisaje gris, pero que no está en la ilustración, en contraste con la siguiente en la que todo es verdor y aguas cristalinas y en la que aparece la carreta de la familia errante, llena de vida en su interior, conducida por el abuelo.


El ritmo de la narración se pausa para que podamos imaginar cómo es y cómo vive esta familia dejando espacio al texto de Mónica sobre la página en blanco a la izquierda y la ilustración a sangre a la derechaun cielo azul cuajado de estrellas que se convierte en negro en las siluetas de los árboles con los niños mirando al cielo y vislumbrando en las sombras los personajes de las historias narradas por el abuelo alrededor del fuego con esa misma mirada que tenía el niño en la cubierta. 

Y al pasar la página encontramos a León, sumergido en un paisaje luminoso con los pies descalzos sobre la hierba y la flor a la que protege y cuenta sus secretos, con el texto a la derecha.


“Durante el tiempo que estuvieron aquí acampados, de camino a los pueblos del sur, cuidó de que sus hermanos no la pisotearan ni de que la mula se la comiera ni de que Amara, que era joven y caprichosa, la arrancara para ponérsela en las trenzas.”

 


Volvemos a dos dobles páginas a sangre en las que predominan los tonos cálidos -reflejo del rico mundo interior de León lleno de sensibilidad y amor por lo que le rodea- aunque nos esté contando una historia de renuncia y pérdida. Un choque entre sus sentimientos y los intereses de su familia que necesita ir de pueblo en pueblo para poder sobrevivir, siempre en movimiento, sin caer en sentimentalismos ni ataduras:

“Un día mi padre la vendió. A la burrita, a Brisa, sí, la vendió. Las mujeres hicieron fiesta con las monedas ganadas, pero yo no podía comer, tenía un no sé qué en la garganta que no me dejaba. Estaba triste como cuando lo de Camila. Algún día te hablaré de Camila.”

Y de nuevo, el texto sobre blanco, a la izquierda, y la ilustración en cromatismo de verdes y azules hasta el negro de la noche, a la derecha:

“León se echaba en los prados, junto a la flor dormida, y miraba las estrellas y escuchaba a los árboles. Entonces pensaba en Camila. En los ojos de Camila. En sus dedos tan blancos que una vez entrelazó entre los suyos.”

El álbum mantiene la narrativa a doble página hasta terminar la historia como había comenzado, de manera circular, en una ciudad - “Esta que ves. Esta por la que caminamos sin dejar huella porque es toda cemento. Gris y fría como los sueños cuando no soñamos”- pero con la flor que emerge, victoriosa, entre las grietas del cemento.

Y la música de Moustaki vuelve a resonar en mi cabeza:

“Había un jardín grande como un valle, podíamos alimentarnos en todas las estaciones, sobre la tierra ardiente o la tierra helada y descubrir flores que no tenían nombre. Había un jardín al que llamábamos LA TIERRA.”

 

Este año, Mónica Rodríguez ha sido autora imprescindible en el cole y quiero recomendar, muy cerquita ya del final de curso, Bajo el asfalto, la flor, por la rica experiencia que proporciona tanto en una lectura compartida en voz alta en el aula - Podemos sentir el ritmo que marca el paso de la página y los giros del lenguaje hacen que el lector sienta cómo el narrador se dirige a él, lo sienta próximo, creíble, y se sumerja de inmediato en la historia que le está contando- como en la conversación que provoca en el grupo -queda  la intriga de quién es el narrador ¿Será el propio León recordando su infancia? ¿Qué ocurriría con Camila? ¿Y con los otros niños? ¿Hay personas errantes en la actualidad? …- , como en el deseo de una lectura más íntima y personal en casa o en los momentos en que se hace lectura silenciosa en el aula o en la biblioteca. 

Tanto elijas una modalidad u otra, o ambas...

 

¡Feliz lectura!

Y Feliz descanso!


Si quieres conocer todos los títulos de Mónica Rodríguez entra en su web.
En este enlace de A fin de cuentos puedes leer una entrevista con Mónica Rodríguez. 
Para conocer mejor a Rocío Ayara puedes leer  este otro y esta entrevista de "Un periodista en el bolsillo" sobre su trabajo en Bajo el asfalto, la flor.

jueves, 1 de mayo de 2025

Celebramos EL LIBRO. Vivimos El CUENTO. Crónica XV MARATÓN.


Comienza la mañana del Día Internacional del Libro en el CRA Alto Cabriel. Su biblioteca, florida y hermosa, recibe a los participantes de la Maratón.






Las niñas y los niños de Infantil y Primaria, sus tutores y algunas mamás, irán intercambiando los papeles de cuentistas y contentos a lo largo de una jornada festiva con dramatizaciones, cuentos, poemas, canciones y marionetas.  


Yincana en la Plaza Mayor



El día soleado es perfecto para la yincana que se ha organizado en la Plaza Mayor de Cañete con la ayuda del alumnado de Secundaria. Prepararon los mapas y colocaron las pistas para encontrar las partes de un poema. 

Los  grupos se organizan, en el centro de la plaza los más pequeños, y cuando consiguen descubrir las piezas, las ordenan y recitan para todos los asistentes como final del juego. 

Exposición “Mira, Toca, Lee”

Este año, el Ayuntamiento quiso coordinarse con el cole para celebrar el día del libro en la localidad. De este encuentro surge la idea de una iniciativa conjunta, una nueva y preciosa semilla: una exposición sobre la lectura con material elaborado por las niñas y niños de Infantil, Primaria y Secundaria durante los periodos del Plan de Lectura de Centro. 

 

La elaboración de los materiales de “Mira, Toca, Lee” se realizó durante las semanas anteriores a las vacaciones de Semana Santa y el alumnado de Secundaria colaboró en el montaje de la exposición.





Cristaleras con poemas y marcapáginas de los más pequeños, libro viajero, barcos decorados con caligramas, casitas de los 3 cerditos, marionetas para el cuento de la Maratón, lapbook, libros con poemas sobre el colegio… han estado expuestos, desde las vacaciones, a todos los habitantes y visitantes de la localidad hasta el día 27, en que se celebrará la clausura con una Lectura Intergeneracional, Mercadillo Solidario y Encuentro con Autor.


Con la visita a la exposición, terminamos una jornada de risas, juegos, historias y encuentros de toda una comunidad lectora.


Guardaremos, un año más, la semilla  de estas vivencias en torno al libro y la lectura para mimarla y cultivarla en nuestro jardín. 

¡FELIZ DÍA DEL LIBRO!


*Si quieres leer la primera parte de esta reseña "Biografía de una Maratón" donde se cuenta la evolución del proyecto a lo largo de los últimos 20 años años, entra aquí. 


miércoles, 23 de abril de 2025

Celebramos EL LIBRO. Vivimos El CUENTO. Biografía de una MARATÓN.



Hoy es la primera vez, desde hace chiquicientos mil años, que no celebro el día del libro en el cole, que no vivo esa efervescencia, esa ilusión y esa tensión de los días previos para que todo esté a punto.

Aprovecho para celebrar la vida y todo lo que los libros y la lectura significan para mí en ella; descubrimiento, asombro, magia, amor, belleza, empatía, orden, sentido, intimidad, refugio, diversión, placer, evasión, inquietud, desasosiego, perspectiva, vínculo, conversación, conocimiento, amistad, esperanza…  

Celebro que se haya escogido la frase “Nuestra biblioteca es un jardín” para elaborar el mural que da título a la Maratón de cuentos de este año y aprovecho este tiempo sosegado para reflexionar y ofrecer mi humilde reconocimiento y homenaje a todas las personas -docentes, lectoras, mediadoras, escritoras, ilustradoras y editoras- que han dejado su huella, pequeñas semillas que, día tras día, han dado alma y sentido a esa afirmación y a los equipos directivos que la han apoyado todos estos añosPorque un proyecto a largo plazo solo es posible si se cultiva entre todos y se trasladan las semillas anteriores a las siguientes personas encargadas de hacer germinar, a su vez, nuevas semillas más acordes con las necesidades y deseos de su comunidad; porque un jardín es un ecosistema vivo en continua transformación y adaptación a los cambios del medio en que se cultiva.

Mientras recibo la crónica de cómo se está desarrollando la jornada de la XV Maratón de Cuentos, retomo y actualizo una entrada guardada eternamente en modo borrador porque la excitación de esos días nunca dejaba el reposo necesario para terminarla.

La Maratón de cuentos comienza en el curso 2009-2010 impulsada y coordinada por las maestras de Infantil -expertas narradoras que incluyen los cuentos en sus rutinas diarias- para celebrar la importancia del libro y la lectura en toda la comunidad escolar con la participación del alumnado de Infantil y Primaria, de sus tutoras y tutores, de padres y madres y personal del centro o de la localidad, durante toda una jornada lectiva lo más cercana posible al día 23 de abril en el que celebramos el Día del Libro. 


Durante las semanas previas diseñamos un Pin para los participantes, un póster, confeccionado con las aportaciones de todo el alumnado, y preparamos las lecturas que se presentarán el día de la Maratón; lecturas que vienen de una lectura previa compartida en el aula, en casa o en ambas. 


Lo más enternecedor siempre han sido, para mí, los grupos formados por madres con sus hijos e hijas, contemplar ese vínculo que se establece con la lectura, el orgullo que sienten al mostrarse queridos ante su clase; más aún cuando van creciendo y mantienen esta vivencia durante toda su etapa escolar.

En realidad, la Maratón recoge la semilla y es continuidad de un proyecto anterior, “Cuéntame un cuento y verás qué contento”, que se puso en marcha en el 2005 después de varias experiencias más informales de intercambio. Es un proyecto que nace del deseo de compartir nuestras vivencias lectoras y la necesidad de conquistar un “lugar de palabras y de encuentros” –como diría Geneviève Patte- que fue la llave que nos llevó a abrir la puerta de la biblioteca, entonces poco más que un almacén de libros, en busca de un espacio donde hacer realidad nuestro sueño de crear una comunidad lectora con un imaginario común.

El grupo que preparaba alguna actividad (cuentistas) invitaba al resto de alumnado del centro (contentos) a disfrutarla en la biblioteca. No eran necesarios muchos medios, no mucho más que la creatividad y la ilusión de docentes, niñas y niños de infantil y primaria que se sentían protagonistas de un acontecimiento importante, mágico, que nos sacaba de la rutina ordinaria. Con "Cuéntame un Cuento ..." vivimos en la biblioteca dramatizaciones, recitados poéticos, teatros de marionetas y de sombras que después, en un Grupo de trabajo, se elaboraban, editaban y catalogaban como ejemplares que pudieran ser prestados. 

La Maratón se amplió durante unos años con  “Cuentos grabados” porque algunas compañeras que cambiaban de centro sentían nostalgia de estos encuentros y querían seguir participando en ellos. Así, ampliamos esta invitación desde las redes sociales para todo aquel que quisiera contar con nosotros, aunque no pudiera venir. Amigos fieles enviaban sus cuentos o poemas año tras año (nos llegaban voces de otras provincias españolas, de Argentina, Brasil…), incluso ahora que hemos dejado de hacer esta invitación tras la pandemia, nos sorprenden al preguntar, años después, si pueden enviarlos. Quizá más adelante tenga sentido volver a incluirlos, pero ahora, el encuentro virtual es tan cotidiano para las niñas y niños que ha perdido parte de la “magia” que tuvo en su momento.


Los espacios también han ido cambiando. Las primeras ediciones fueron en el exterior, luego pasamos al interior, amplio y luminoso, del aulario de Infantil donde resultaba más fácil la participación de los pequeños en periodos cortos de tiempo.

Y también hemos ido alternando  Biblioteca y aulario para escuchar los cuentos grabados, para agilizar los cambios de grupo o para escuchar a un narrador o narradora profesional (en la imagen Maratón de cuentos con Isabel Benito, participante fiel en nuestros cuentos grabados).

Enseguida paso a contaros cómo han sido las jornadas 2025, cómo ha germinado y florecido el jardín. Mientras tanto, si tienes curiosidad por escuchar algunos cuentos contados hace casi veinte años y los cuentos grabados, puedes pedirlos en la Biblioteca.


¡FELIZ DÍA DEL LIBRO!


*Si quieres leer la segunda parte de esta reseña "Crónica de la XV Maratón de cuentos" entra aquí.