sábado, 31 de julio de 2021

POR QUÉ LLORA LA MAESTRA

 

Carta larga para ti, que quieres escribir

Hay libros que te atraen, te llaman queriendo seducirte y, sin saber aún por qué, te acercas a ellos queriendo  descubrir ese misterio.

La pregunta POR QUÉ LLORA LA MAESTRA es tan sugerente para mí - maestra y curiosa- que, en un primer momento, no presté atención al resto del título; pensé que se trataba de una historia  con la que el autor, Gonzalo Moure, quería narrar las inquietudes, zozobras y tristezas que han rodeado, con más intensidad que nunca, nuestras vivencias dentro y fuera del aula estos últimos tiempos.

El diseño de la cubierta, obra de Pablo Otero (autor también del cartel este año del Encuentro de Animación a la lectura de Arenas de San Pedro), refuerza la pregunta dejándola en un espacio blanco con forma de corazón invertido –o de tienda, o cabaña, quizá- dibujado con cordón sobre un fondo verde. En la cubierta posterior ese contorno se deshace para formar un nudo como una doble interrogación. 

En realidad, la portada tiene una A, me dice Pablo cuando contacto con él para saber si puedo usar sus imágenes de Instagram. Por casualidad, al interpretar su composición,   me salió una greguería: 


La A es un corazón invertido.

Me explica que la A es el comienzo del alfabeto y el libro cierra con esa forma que recuerda a la letra Z. Las dos letras tienen un nudo...es ese el nudo que todos debemos conocer, aflojar, apretar; el nudo de cada letra. 


Compartimos estas imágenes del proceso de creación junto con su comentario:
 “Los pasos dados, desandar para llegar a una portada. De algún modo, son todas las cosas que no están estando. Como un hermoso fuera de plano.”

Y ahora sí, vuelvo para leer el resto del título: carta larga para ti, que quieres escribir. 

¿La carta se dirige a mí?  ¿Yo quiero escribir? 

Hace un par de meses nos hacíamos esta misma pregunta al finalizar el curso con Mar Benegas y Jesús Ge  “El guisante Mágico. Escribir narrativa infantil”. Algunas compañeras dudaban sobre si eran o se sentían escritoras por lo que compartí en el foro estas palabras de Rainer Maria Rilke del libro que estaba leyendo en esos momentos, Cartas a un joven poeta. Son las cartas que Rilke envía a un aspirante a poeta y que vieron la luz en 1929, tres años después de su muerte. En su contestación a la primera carta de esta correspondencia, Rilke dice así:

“Pregunta usted si sus versos son buenos. Me pregunta a mí.
Antes ha preguntado ya a otros. (…) Nadie puede aconsejarle ni ayudarle, nadie. No hay más que un único medio. Adéntrese en usted. Escrute el fundamento que para usted supone escribir; compruebe si extiende sus raíces hasta el lugar más profundo de su corazón, reconozca si se moriría usted si le prohibieran escribir. Pero, sobre todo, pregúntese en la hora más silenciosa de la noche: ¿“Tengo que escribir?”. Excave en su interior en busca de una respuesta profunda. Y si esta fuera afirmativa, si usted pudiera enfrentarse a esta grave cuestión con un enérgico y sencillo “tengo”, entonces construya su vida en función de esa necesidad; hasta en la hora más nimia e indiferente su vida tendrá que ser señal y testimonio de ese impulso. Después acérquese a la a la naturaleza. Luego, como si fuera el primer hombre, trate de decir lo que ve y lo que experimenta, lo que ama y lo que pierde. (…) Una obra de arte es buena cuando ha surgido de la necesidad.”

Mi conclusión personal fue que me sentía lectora pero no escritora porque la escritura es para mí un lujo, un regalo que me  produce placer cuando consigo superar mis bloqueos, pero no una necesidad como lo es la lectura. .

Carlo Fabretti prologa Por qué llora la maestra con una declaración  de amor a las cartas largas y responde con esta afirmación a nuestras dudas:

“Todas las personas que aman la lectura, sobre todo si la aman desde la infancia, son escritoras en potencia. Y no solo en potencia: cada vez que, al leer un libro, reflexionamos o fantaseamos sobre su contenido, prolongamos de alguna manera la tarea de quién lo escribió; nos convertimos en sus colaboradoras/es invisibles”

Y añade:

Este libro nos invita de forma expresa a hacerlo nuestro, a prolongarlo, a convertirlo en sustento de otros escritos. (…) Nos invita a convertirnos en activos protagonistas de todas las historias y, lo que es más importante, de nuestra propia historia para hacerla de todos”

Por qué llora la maestra me tenía prendida entre sus páginas: desde el prólogo hasta el epílogo  no dejé de subrayar un párrafo tras otro, de reflexionar sobre una y otra idea, de imaginar de qué manera podía trasmitir esta inquietud que me genera a mis alumnas y alumnos en el aula.

Gonzalo Moure, ganador del Cervantes Chico 2017 entre otros prestigiosos premios, ya era conocido en nuestra biblioteca; por sus obras, por su compromiso con las Bibliobuses y Bibliotecas Bubisher en el Sahara  y porque leímos su pregón  para festejar el Día de la Biblioteca en el 2018. También sabíamos que coordina  talleres de escritura porque nos dedicó El niño de luz de plata, fruto de uno de ellos.

En Por qué llora la maestraGonzalo Moure comparte lo aprendido en estos talleres y en su vivencia de la escritura. No quiere darnos fórmulas porque la respuesta sobre el qué y el cómo escribir está, dice Gonzalo, “dentro de ti. Y fuera. En la vida”, “Esa visión tuya es única, y es lo que nos tienes que contar. (…) se trata de mirar y ser capaz de ver algo, de descubrirlo; algo que sea importante para nosotros, que nos emocione. (…) Traspasar esa emoción al lector”. “Nadie ha escrito un libro que merezca la pena si su historia no ha nacido de una emoción.” Se trata de conocer el motor que te impulsa a escribir; escribir para saber -lo que él llama “escrivivir”- no porque ya sepas.

Y escribir con precisión, sugerir sin imponer, sin invadir el espacio del lector, con sencillez, con respeto, sin dejarse sobornar y sin mentir. Como cuando él nos cuenta que “Escribir cura, y “escrivivir” aún más.”:

“Estoy seguro de que hay piezas de la vida que están desajustadas en tu interior, o en el exterior, en un mundo difícil de acabar de entender. Escribe para ajustarlas, para echar a los demonios fuera de tu cama. Y para ayudarnos a todos a expulsar los nuestros.”

Mónica Rodríguez escribe la posdata a la larga carta de Gonzalo Moure, “nacida de la experiencia, de la honestidad y la emoción”, y nos sabe  conmovidos e invadidos por el deseo de escribir. Ese deseo que, en mi caso, me lleva a compartir estas líneas porque tal vez esta carta también sea para ti, o para ti y quieras seguir el consejo de Mónica:

"Ármate, pues, de paciencia, cierra el libro y prepárate para descubrir dentro de ti por qué llora la maestra."

***


*Hace unos días Gonzalo Moure pronunciaba una conferencia  “Un Quijote vino a verme” en el marco de la Feria Nacional del Libro de León, en Guanajuato, México que podéis leer en este enlace a la página de La Fundación Cuatrogatos.

*Si quieres saber más sobre el proceso creativo de Pablo Otero, como ilustrador  y escritor puedes escucharlo aquí.



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