martes, 22 de noviembre de 2016

LA CAJA DE LAS PALABRAS


EN BUSCA DEL LENGUAJE POÉTICO


Mar Benegas y Eva Vázquez.  Lóguez 2014.


La caja de las palabras despierta nuestra curiosidad desde la cubierta ¿Qué mira con tanta atención Ari, la niña protagonista? Unas escaleras la invitan a adentrarse en un túnel oscuro del que brotan las palabras como globos de colores. La boca del túnel es el ojo de una cerradura, la misma que sirve de motivo en las guardas del principio del álbum y que se complementa con la llave que sirve de motivo en las guardas traseras. 
¿Tenéis miedo, o queréis que entremos con ella? ¿Encontrará Ari, como Mary Lennox la del Jardín Secreto, la llave que le permita desvelar el misterio?


Mar Benegas nos plantea su incógnita desde la primera página: “Mamá ¿Qué es metáfora? - Cariño, esa palabra aún te queda grande”. Eva Vázquez nos muestra en dos dobles páginas, con la palabra metáfora como eje, el entorno familiar de Ari delimitado por sus padres a los que acude en busca de respuestas. Al no encontrarlas, Ari explora el mundo que la rodea y se convierte en recolectora de palabras; su oído las recoge y después las escribe para atesorarlas, las colecciona, las contempla, experimenta, juega con ellas…


Mar Benegas y Eva Vázquez nos cuentan a dúo el crecimiento de Ari y su construcción del mundo a través de las palabras y de los significados de los que las va dotando según su experiencia.


La palabra de Mar es poderosa, ella es poeta y agitadora incansable de la lectura, la escritura y la creatividad en colegios y bibliotecas. Eva, que conoce el arte de narrar con imágenes por su trabajo en películas de dibujos animados, ha entendido muy bien lo que Mar nos quiere contar y ha entrelazado, casi diría amasado, cada palabra con unas imágenes poéticas y sugerentes, llenas de metáforas visuales. 


Aunque escritora e ilustradora no se conocían antes de construir este libro se han compenetrado a la perfección. En una entrevista en Radio 5 Eva confiesa que La caja de las palabras es un libro que a ella le hubiera gustado escribir, y eso se nota en las imágenes del álbum; cuando Mar nos dice que a Ari las palabras aún le quedaban grandes como el vestido de flores de mamá o la camisa de cuadros de su padre, Eva no puede evitar, unas páginas más allá, mostrarnos a la niña metida en los zapatos enormes de su madre, o transformar la caja en una jaula en la que las palabras-pájaros pueden entrar y salir con libertad.



Y los niños, ¿Qué dicen los niños de La caja de las palabras?

 “Me ha gustado mucho porque es de palabras y a mí me encantan las palabras” 
Enara (9 casi 10 años).

“Me ha gustado porque es muy raro que la niña se siente en una oreja para pescar palabras o que las palabras se mueran de aburrimiento” Mario (9 años).

 “Me ha gustado porque es un cuento que tiene muchas palabras y el diccionario es la llave a las palabras que no entiende” Raúl (10 años). 

“Me gusta porque es muy misterioso y a mí también me gustaría saber todas las palabras que Ari dice” Nerea (9 años).


¿Pensáis que aún les quedan grandes sus palabras e imágenes poéticas?
Poned este libro en sus manos, leedlo con ellos, contemplad sus imágenes y dejad que las palabras vuelen hasta llegar a su oído para que deseen descifrar su misterio.     

Lluvia de ideas, al comenzar la lectura en el aula,
sobre la portada de La caja de las palabras .

Escribí esta reseña hace cuatro años y desde entonces, cada vez que he llevado La caja de las palabras al aula, ha fascinado por igual a diferentes grupos de niñas y niños que han querido jugar a construir su propia caja de palabras.  Hoy, aprovechando este vídeo que nos ofrece la editorial Lóguez en el que podemos  ver y escuchar a la autora (nuestro libro se quedó en la biblioteca del cole),  hemos vuelto a proponer a las lectoras y lectores este juego: 


Después de escuchar a Mar Benegas, quien quiera jugar, elegirá algunas palabras que le intriguen, otras que le enamoren, las que le hagan soñar y  palabras que deteste. Después, escribirán, por detrás de la imagen, su significado (real o imaginario)  y decorarán la caja donde quieran guardarlas. Mañana las compartiremos en nuestra clase virtual. 


¿Jugáis con nosotros?

miércoles, 9 de noviembre de 2016

¿EN QUÉ SE PARECEN MATILDA, MAX, PIPPI O MAFALDA?

EN QUE VIVEN EN LA CASA DE LA REAL GANA...
Y EN NUESTRA BIBLIOTECA.

Lo que tú quieras Ellen Duthie y Daniela Martagón,  
Al abrir la caja de Lo que tú quieras encontramos, junto con las láminas que contienen más de 100 preguntas que nos invitan a reflexionar y a dialogar como en los títulos anteriores Mundo Cruel y Yo persona, la invitación de observar bien el póster de la Casa de la Real Gana. Y eso hicimos, sin imaginar que encontraríamos una divertida y estimulante actividad de animación lectora. Enseguida todos los ojos se centraron en una figura de pelo color zanahoria y los dedos señalaron impacientes: "Mira, es Pippi, Pippi Calzaslargas con el Sr Nelson" (Pues ese era el libro que habíamos leído en clase) pero enseguida encontraron muchos más. Los niños disfrutaron de lo lindo en una de las últimas clases antes de acabar el curso.

Así que este año, decidimos invitar a todo el cole a celebrar el día de la BibliotecaTodos los cursos, con sus tutores, celebramos la importancia que tiene para nosotros la Biblioteca como lugar de disfrute, conocimiento y encuentro. 
El grupo de 1º y 2º en nuestra Biblioteca Escolar.
Desde primero hasta sexto de primaria buscamos, en primer lugar, a estos personajes de la literatura infantil en La Casa de la Real Gana (este año, al celebrar el centenario de Roald Dahl, los primeros que aparecieron fueron Matilda y Charlie). Después recordamos el título del libro y el nombre del autor y, por último, sacamos los libros que se encontraban en los estantes de la biblioteca a nuestra Maleta de La Real Gana. Incluso, en algunas casas continuaron el juego y ayudaron a sus hijos, hijas en este caso, a participar en el concurso Wonder Ponder enviando los nombres de 10 personajes con el título del libro y el nombre del autor.


En días sucesivos fuimos descubriendo nuevos títulos de estos grandes autores de la Literatura Infantil y JuvenilCuando Hitler robó el conejo rosa, de Judith Kerr, El pato y la muerte y El oso que no estaba de Wolf Erlbruch y muchas obras más de Maurice Sendak, Arnold Lobel, John Burningham, William Steig, Astrid Lindgren, Janosch, Christine NöstlingerEric Carle, Quentin Blake, Mark Twain, Javier Sáez Castán, Stian Hole y Tomi Ungerer.

Maravillas preparadas para convertir nuestra maleta en el cofre del tesoro de la Biblioteca.

Pero tratándose de una actividad propuesta por Las autoras de Wonder Ponder, Filosofía visual para niños, no podíamos dejar de preguntar: 
¿Qué tienen en común todos estos personajes?
"Que tienen que ponerse sus propias normas",
"Que son especiales",
 contestaron los niños.

Y tú, ¿Qué piensas?
¿Seguimos jugando a dibujar más habitaciones en La Casa de la Real Gana?
¿Añadimos nuevos personajes a nuestra maleta?

Nosotros, por supuesto, hemos puesto como invitada de honor a  la perrita Jennie, que se va a buscar por el mundo lo que no encuentra en su vida donde lo tiene todo, 
en Dídola, Pídola, Pon de Maurice Sendak



(Entra en el enlace si quieres saber más sobre este autor en la voz de Ellen Duthie)


martes, 1 de noviembre de 2016

EL PATO Y LA MUERTE. ¡ASÍ ES LA VIDA!


Es el último día de clase antes del puente de Todos los Santos y, entre tanto barullo de brujas, telarañas y esqueletos, encontramos una pausa para la escucha atenta y la reflexión. El espacio para este encuentro mágico entre el libro y el lector es nuestra biblioteca escolar.

Ya conocíamos al autor, Wolf Erlbruch, porque El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza era un habitante de La Casa de la real gana actividad con la que celebramos el Día de la Biblioteca y que habíamos continuado en días posteriores buscando nuevos habitantes para nuestra casa y añadiendo otras obras de los mismos autores que encontramos en nuestra biblioteca.  La excusa perfecta para leer El pato y la muerte en esta exquisita edición del 2007 de Bárbara Fiore con la traducción del alemán de Moka Seco Reeg.

Desde la cubierta la figura del pato se nos presenta  como eje de la narración. Su figura se eleva en busca de trascendencia o espiritualidad en un fondo blanco que deja mucho espacio para la reflexión.


Pasamos unas guardas sin ilustración, los niños empiezan a sentir la tensión que genera ese vacío, y contemplan en silencio como el pato vuelve la cabeza hacia la izquierda en la página de cortesía, 
avanza hacia la derecha en la página de créditos 
y gira hacia la izquierda en la portadilla. 
No sabemos qué le ocurre.


La historia comienza con una doble página en la que aparecen los dos personajes que dan título al libro; el pato, a la izquierda, mira a su antagonista, la muerte, que ocupa el centro de la página derecha. Ahora ya sabemos cuál era el motivo de la inquietud del pato; notaba, sin saber aún bien qué, la presencia de la muerte. Y al reconocerla, esa inquietud se convierte en angustia, en ansiedad. Como en una película de terror, el misterio se transforma en miedo. Los niños se quedan fascinados con la imagen de la muerte, que parece una niña, con la misma estatura que el pato y con un tulipán negro en la mano.

El autor ha conseguido la empatía del lector que siente la angustia del pato al preguntar:



 “¿Ya vienes a buscarme?” 


El silencio se hace más denso mientras vamos pasando páginas en las que protagonista y antagonista dialogan.
Wolf Erbruch consigue, con poquísimos cambios, una gran expresividad en sus personajes. Con el pato le basta cambiar el tamaño o la forma del ojo,inflarle o desinflarle el pecho, girarle el cuello…y a la muerte, casi siempre con una media sonrisa, le cambia la postura corporal (de frente y de perfil) moviendo manos y pies. 

Y de pronto, un nuevo susto, el pato abandona la zona de seguridad, en el lado izquierdo de la página, y se sitúa en la parte inferior derecha, a modo de encabalgamiento, para crear expectación con lo que sucederá en la página siguiente.


"¿Te apetece ir al estanque? -Preguntó el pato. La muerte ya se lo había temido..." 

La muerte y el pato continúan sus diálogos filosóficos sobre lo que habrá después de la muerte, siempre uno al lado del otro, hasta que el pato le propone a la muerte subirse a un árbol. Y aquí se produce el momento de mayor tensión narrativa, con esa sensación de que el pato va a hacer algo muy peligroso y, al volver la hoja, encontramos una doble página con la única ilustración en la que el pato y la muerte están situados en la parte superior de la página derecha, con el texto a la izquierda:




El estanque se veía muy, muy abajo. Ahí estaba, tan silencioso...y solitario.
"Así que eso es lo que pasará cuando muera", 
pensó el pato.
"El estanque quedará...desierto. Sin mí"

La vida y la naturaleza seguirán su curso a pesar de que nosotros no estemos. Es la  misma idea del poema de Juan Ramón Jiménez que tanto me impresionaba siendo niña:

"...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco."

A partir de este momento el pato acepta a la muerte como compañera y el desenlace inevitable llega. Una muerte dulce y apacible.

"Le acarició para colocar un par de plumas ligeramente alborotadas, lo cogió en brazos y se lo llevó al gran río".

De nuevo un tópico literario, la vida como un río que fluye y que nos evoca los versos de Jorge Manrique:

"Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar
que es el morir"



Los niños escuchan emocionados el final de la historia:

"Se quedó mucho tiempo mirando cómo se alejaba.
Cuando le perdió de vista, la muerte se sintió incluso un poco triste.
Pero así era la vida."